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Saturday, September 15, 2007

Sesion 7, Capitulo I


"El sembrador ..."

Naizen pasea lentamente por las murallas de la ciudad de la rana rica, caminando distraido y musitando cosas para si mismo. Solo detiene sus pensamientos para observar el campo de batalla brevemente y volver a sumirse en sus pensamientos.

De camino a su habitacion pasa por entre soldados y campesinos espantados, en todos ellos se puede observar un atisbo de desesperacion y miedo ... o mas bien, terror.

"Eran campos de zarzas?" - Murmura mientras cruza el pasillo que lleva a su puerta. Al llegar a su interior deposita su daisho cuidadosamente en el pedestal y se estira con languidez en el futon, alli permanece en silencio observando el techo mientras se abanica.

Toda la ciudad estaba alarmada y terrorificada, no era para menos, los sucesos de los ultimos dias habian sido terribles y sus efectos podian ser devastadores para todo Rokugan.

Aunque Naizen, no parecia tant afectado como el mismo esperaba ... continuo algunas horas estirado y recordando una pequeña historia que le contaban de pequeño sobre un joven samurai llamado Kan.

"Las zarzas estan creciendo por todos los campos y los campesinos no saben como reaccionar, muy pocos plantan trigo ... y menos aun lo plantan en los campos de los demas." - Sonrio para si mismo - "No es momento para lamentaciones, aun podemos reaccionar."

Las palabras resonaban enigmaticamente en su cabeza, y de seguro, serian capaces de confundir a alguien que no conociera la fabula y la comparacion que hacia Naizen con la situacion actual.

Se tumbo de lado y se sumio en sus recuerdos para investigar si habia algun detalle que habia omitido que le pudiera servir.


Estaba alli, el dia 20 del mes del caballo de 1165. El general Akodo Tadenori tenia que dirigir las tropas para continuar la lucha contra los unicornios. Naizen habia sido ascendido por las anteriores batallas, pero se le habia relegado a defender la cadena de mando mientras las tropas se defenderian y lucharian contras los jinetes gaijin. Pero ninguno de estos planes llego a ver la batalla. Tadenori fue manipulado por un grupo de viajeros sin mon ni clan aparente, que le devolvieron su daisho robado ... el general habia estallado posterioremente en un ataque de furia para lanzarse contra los unicornios (supuestos ladrones de su daisho).

"
Es una trampa, no deberiamos cargar tan alocadamente" - Naizen se lo repetio a varios de sus superiores, Matsus en su mayoria, que lo miraban con condesendencia y atribuyendo debilidad en lugar de sensatez. Mando un mensaje a su hermano Rokku para que se preparara para lo inesperado ... no era de mucha ayuda, pero no podia hacer nada mas sin caer en desgracia.

El Leon sonreia con desgana, al entender despues de la batalla, por que esos mensajeros ivan atabiados con tan pesada ropa en primavera.

El ejercito cargo a la batalla, su organizacion era mayor que los Unicornios y su esperanza era pillarlos sin tener listas las defensas, pero nada de eso sucederia como todos esperaban. Unas nubes oscuras como el pozo supurante de Fu-Leng empezaron a llenar el cielo, Naizen por aquel entonces aun pensaba que eran nubes normales, y que la lluvia ayudaria a las tropas Leon contra los jinetes Unicornio. Aun no se habia movilizado todo el ejercito cuando empezo a llover. Sangre.

Naizen se levanto del suelo de su habitacion nervioso. Recordar el tacto de la sangre bajando por su rostro no era precisamente algo agradable, esa sangre maldita corroía el cuerpo y espiritu, los soldados pronto entraron en un estado de furia inducida o tirados en el suelo en un ovillo de temores.

"Me siento sano, me siento feliz." - murmuro sonriendo tristemente, repitiendo parte de la fabula del sembrador.

Paseo por la habitacion, se acerco a un pequeño armario y se sirvio un trago de sake. Abrio la ventana de la habitacion para que entrara aire y se perdio de nuevo en sus recuerdos.

Naizen habia intentado maniobrar sus tropas para alcanzar a los portadores de esa pesadilla, pero sus ordenes fueron paradas por Tadenori. "Naizen ven aqui!" - Grito lleno de furia, mientras reunia a todos los cargos a su alrededor. - "Tenemos que cargar hacia el enemigo, ya! Rokku ven a mi!"

El hermano de Naizen se debatia contra la magia del Maho para resistir sus efectos, Naizen que estaba algo aturdido por lo que estaba pasando solo pudo responder: - "Pero es que no os dais cuenta que la lluvia es magia negra? Tenemos que huir de aqui!!!" - Una figura se interpuso entre Tadenori y Naizen - "Cobarde!!! No mereces ser Leon!"

Matsu Aoiko, su enemiga mortal ... Naizen nunca habia recordado que motivo habia llevado a Aoiko a odiarlo a muerte, ella siempre habia intentado entorpecerle sus actos y parecia que este era el momento mas ideal. De todas las acciones que pudiera hacer Naizen, la que tomo fue la mas inesperada para si mismo ... desenvaino su katana y le hizo un gesto arrogante a Aioko para que se acercara. Por fin se deshaceria del estorbo que implicaba.

El combate fue corto, dos golpes, fue todo lo que necesito Naizen para terminar con el cuerpo de Aoiko en el suelo decapitada y el torso abierto por el costado. Lamentablemente para el, esa breve victoria desaparecio al instante cuando una voz familiar le llamo.

"Hermano, unete a nosotros en una gloriosa carga contra los despreciables Unicornio" - Rokku habia caido debajo de la influencia de la lluvia y Naizen estallo de rabia y fustracion - "No!! Por la fuerza de Bishamon que no voy a caer debajo de las garras del Maho!!!"

Naizen se aparto de la ventana, los pelos de la nuca se le habian erizado al recordar el relampago surcar los cielos y caer entre el y los generales Leon para dejar un enorme crater enmedio. El rayo casi le habia alcanzado y lo habia lanzado al suelo.

"Parece que debo tener mas cuidado cuando invoque a las fortunas" - se rio para adentro mientas tomaba otro sorbo de sake.

A pesar de todo, le habia sido provechoso, el ejercito Leon cargo dejandole atras quiza pensando que el relampago lo habia muerto o incapacitado. Pero Naizen pudo atisbar la mirada de odio que le lanzaba su antiguo hermano.

"Parece que el ultimo miembro de mi familia ha muerto." - Se lamento

Se volvio a estirar en el futon, meditando en lo que paso despues.

Nodoko habia aparecido de la nada y le habia pasado pesadas ropas para guardecerse de la lluvia de sangre. Aunque no entendia su presencia alli, no se sorprendio al verla ... solo le faltaba ver a Kakashi corriendo por el campo de batalla cortando samurais enloquecidos y zombies por igual.

Lo sucedido despues ya no tenia tanta importancia para el y paso rapidamente los hechos por su mente.

Se unio junto con Nodoko a la unidad que aun le era fiel y se habian juntado con otros Leon, entre ellos Matsu Takenao, y luego cuando la situacion estubo bajo control se lanzo junto a unos cuantos samurais para ayudar a una unidad Unicornio que estaba igual.

Lamentablemente solo Utaku Etsumi se salvo de la muerte, recordaba su mirada, en dias anteriores Etsumi casi consiguio matarlo ... y su unidad era la causante de la mutilacion de Anshiro.

Nodoko cayo bajo la influencia de la lluvia, al fin y al cabo le habia dado la pesada capa y sombrero a Naizen ... su acto, como de costumbre, era irreprochable y heroico .. sacrifico su cordura para que Naizen pudiera salvar a sus hombres y escapar de la pesadilla. Junto con Etsumi la sacaron del campo de batalla ... es fuerte y se recuperara de las heridas que ha recibido en su espiritu.

"Tendre que sembrar trigo para ella." - se rio abiertamente desde el suelo.

Naizen, a pesar de todo, estaba contento consigo mismo, sus habilidades habian mejorado. Su manejo de la espada era considerable y su habilidad con el abanico estaba llegando a su cumbre.

Incluso habia cortado una cabeza endurecida de muerto viviente con un golpe de abanico, como quien aplasta una mosca contra la mesa.

"Cuando Nodoko se recupere partiremos hacia la ciudad imperial, se nos ha puesto mucho trabajo encima. Tengo que mandar una carta a Kakashi para que se reuna con nosotros" - En el exterior el sol se ponia, Naizen habia estado muchas horas meditando y estaba cansado, puestos a que estaba ya en el futon, se dispuso a dormir.

"El buen sembrador siembra trigo."

PD: El cuento del sembrador

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