Ojito con los posts querido lector!!! Aunque las entradas estan numeradas por el dia de suceso en su mayor parte, eso no quita que los distintos Posts esten agrupados en entradas, asi que no te lies con las entradas y cuales son las primeras o ultimas, utiliza los links de Recent Posts para guiarte mejor.

Monday, August 20, 2007

Sesion 6, Capitulo IV



Es un dia tranquilo, todo sigue su curso armonioso ... me podria sentar mirando los arboles mecidos por el viento, contemplar el vuelo de los pajaros o el hipnotico movimiento de los riachuelos bajando de la montaña ... pero otras sensaciones atraen mi mente por ahora.

La vuelvo a notar. Esa olor ... vino a mi antes de mi gempukku ... entonces recibi mi cicatriz en la cara y perdi mi ojo al servicio de Akodo Shigetoshi. Tardamos unos años en reencontrarnos y su fuerte olor embriagante capturo mis sentidos cerca de las murallas Kayu ... perdi todo conocimiento del tiempo, de la gente, del cielo y las fortunas ... solo me percate de el, dejandome llevar por su calido abrazo.

A vuelto, no puedo evitar sonreir ... entrecierro los ojos oteando el horizonte, paciente pero ansioso, como el depredador que aguarda a su presa. Incluso no puedo evitar relamer mis labios como el lobo que anticipa su festin.

El olor de la guerra.

La guerra, la batalla, la contienda, la lucha, el conflicto, el combate, la pelea, la lid, el choque, el enfrentamiento, la refriega ...

Solo hay dos cosas en la vida debotas de tantos nombres, capaces de inspirar mil historias a los bardos. El amor y la guerra ... y a mi solo me interesa la ultima.

Y por fin llega el momento ... las voces corren por el campamento, el ejercito Unicornio esta maniobrando hacia la ciudad.

Por lo que dicen los exploradores, forman una columna tan larga que parece no tener fin, nos superan en numero y disponen de una enorme caballeria, tanto ligera como pesada, que les proporciona una gran ventaja sobre nuestro reducido ejercito.

Como mas cosas me cuentan mas ansioso me siento para entrar en combate. No obstante no soy un buscador de la muerte, ni una loca Matsu ... asi que planteo mi participacion del primer encuentro desde el interior de la ciudad ...

Si quieren usar sus caballos, antes tendran que penetrar nuestros muros.

Lamentablemente y cuando estaba a punto de plantear mi plan con mis unidades, mi Taisa, Ikoma Korin me informa de otro plan.

Los superiores han determinado que no hay suficiente espacio para todo el ejercito dentro de la ciudad ... asi que a mis dos unidades de infanteria ligera les tocara quedarse fuera de las murallas a recibir la carga unicornio ...

... me temo que la batalla sera mas corta de lo que pensaba y sonriendo me voy a mi peloton para comunicar las ultimas ordenes, mis soldados asienten con dedicacion y entusismo.

Antes de que las unidades unicornio lleguen a la vista, nuestro Chui empieza una maniobra con nuestros hombres, nos esconderemos en una colina en el flanco, esperaremos la carga de los unicornios hacia la muralla y nosotros nos lanzaremos a descuartizar sus preciados caballos.

Alli ... enmedio de los matojos, a ras de suelo, con el mempo que dificulta mi respiracion y vision, empiezan a aparecer mis dudas ... no dudo de mi coraje, o mi lealtad al clan, ni tan solo de la de mis hombres, pero esa es mi primera batalla al mando de una unidad, sere digno de ello? Honrare a mis antepasados con mis acciones?

Las dudas son efimeras, pasajeras ... pues la voz de mi abuelo y mi ancestro me susurran al oido, miro detras, la voz era demasiado real ... no veo a nadie, pero si veo algo. La mirada de mis hombres.

Sus ojos me miran con determinacion, el fuego leon corre por sus venas, cada uno se siente acompañado e incluso empujado por sus ancestros a luchar ... la sensacion es tan fuerte que la victoria aparece clara ante nuestros ojos.

El suelo empieza a temblar y la caballeria unicornio aparece galopando con fuerza, sus gritos resuenan en el campo de batalla, y aunque ningun Leon es amedrantado, si que florece un sentimiento de respeto hacia el enemigo ... de repente, cargan hacia las murallas al mismo tiempo que las flechas salen de la ciudad para caer como una nube de avispas sobre el enemigo, los cuerpos aparecen detras de su estela de polvo pero su marcha no aminora.

El impacto contra las defensas del muro es atronador, las lanzas empalan, los samurais cortan, caballos y hombres caen despedazados y el polvo y la sangre se mezclan en una niebla de destruccion.

Y entonces los abanicos de la ciudad giran.

Nuestra hora ...

0 Comments:

Post a Comment

<< Home